El ritmo de la actividad decepcionó las expectativas y obliga a un tercer trimestre más dinámico para lograr la expansión anual de 2,6% que espera el Ejecutivo.
La economía chilena en agosto mejoró menos de lo que se esperaba respecto de igual mes de 2023 y perdió velocidad en comparación con julio pasado.
La lectura proviene del Indicador Mensual de Actividad Económica (Imacec), reportado ayer por el Banco Central: la economía creció en 2,3% en 12 meses, por debajo de las expectativas del mercado. En su desempeño hubo aportes de los sectores de minería (avance anual de 8%), comercio (3%), industria (2,7%) y servicios (1,9%). Solo la categoría de ‘resto de bienes’ registró una variación negativa, de 0,2%.
Existe otra forma de medir el Imacec. Corresponde a la serie desestacionalizada, que hace comparables dos períodos diferentes (un mes puede estar muy influido por una cosecha y el otro no, y esas diferencias se suavizan para medir mejor la trayectoria). En agosto, el Imacec desestacionalizado cayó en 0,2% en relación con julio. Solo la minería (alza de 2,3%) y el comercio (0,7%) tuvieron contribuciones positivas.
Esta medición refleja la ‘velocidad’ de la economía.
¿Metas en duda?
El crecimiento efectivo hasta agosto complica las pretensiones de una expansión anual de 2,6%, como se ha propuesto el Gobierno. Para ello, debería avanzar a una tasa cercana al 3% promedio anual para los Imacec desde septiembre a diciembre.
Hasta ahora, recapitula el coordinador macroeconómico de Clapes UC, Hermann González, el crecimiento acumulado en 2024 es de 2,3%, con lo cual la meta del Gobierno es ‘alta, pero no inalcanzable’. Anticipa que el ajuste fiscal en curso restará fuerza a la demanda en los últimos meses, aunque las mejores condiciones internacionales pueden favorecer el cierre de 2024 e inicio de 2025. Con esos factores sobre la mesa, apunta a un alza entre 2,4% y 2,5%, ‘aunque es una cifra que no puede dejar a nadie satisfecho, especialmente si se considera que los sectores no mineros están creciendo por debajo de 2%’.
Andrés Pérez, economista jefe para Latam de Itaú, concuerda con esta hipótesis y aventura que ‘de mantener el nivel de la economía a fines de agosto hacia fines de año, estimamos que la economía crecería 2,1%’. En tanto, para que la expansión anual esté más cerca de la meta de Hacienda, considera que la actividad ‘tendría que mantener un crecimiento de al menos 2,8% interanual entre septiembre y diciembre, equivalente al crecimiento del período enero-abril de este año. Es decir, es alcanzable, pero no está garantizado’.
Para Carolina Grünwald, economista jefe de Prudential AGF, la meta de un crecimiento mensual promedio de 3% en la última fracción del año es compleja, considerando la información que se tiene hasta ahora. ‘Ya sabemos que septiembre viene bajo esa cifra (por el fin de semana XL). Por lo tanto, para que se cumpla con el 2,6%, debemos ver una aceleración durante el último trimestre del año, creciendo en torno al 3,5%. De que es posible, lo es, pero difícil de conseguir’, advierte.
Con todo, una economía más débil también supone un desafío para el Banco Central (BC). Hoy la tasa de interés está en 5,5% y se avizoran ajustes monetarios hacia niveles más expansivos. El BC ya advirtió una ‘desaceleración mayor a la prevista’ en el último Informe de Política Monetaria. En una presentación en Duoc UC, el consejero Claudio Soto reforzó este mensaje, indicando que el recorte será ‘algo más rápido que lo previsto en junio’, a un ritmo que tomará en cuenta ‘la evolución del escenario macroeconómico’.
El ministro de Hacienda, Mario Marcel, remarcó que las cifras disponibles para julio y agosto indican que la economía se encuentra bien posicionada para crecer a un ritmo similar al 2,6% previsto por su cartera para este año.
Primeros 30 meses
Con los datos conocidos hasta ahora, el gobierno del Presidente Gabriel Boric promedia un crecimiento de 1,2% en sus primeros 30 meses de mandato. En condiciones similares, está por debajo de la segunda administración de Michelle Bachelet, que a la misma altura exhibía un dinamismo de 2%.
Aunque para la misma ventana temporal hay un menor registro asociado al segundo período de Sebastián Piñera (ver infografía), la comparación es inadecuada, dado que incluye los peores meses de la paralización de actividades derivada de la pandemia del covid-19.
De acuerdo con González (quien trabajó en el gobierno de Piñera II), el crecimiento acumulado de esta administración podría terminar por debajo del 2% al finalizar sus cuatro años de mandato. Si bien este resultado está determinado, dice, por el ajuste macroeconómico y fiscal necesario para contener la inflación y el gasto, añade como elemento de análisis que ‘este período ha estado caracterizado por un alto nivel de incertidumbre política y económica, explicada en lo fundamental por los dos procesos constitucionales fallidos y una agenda de reformas refundacional que se trató de imponer al inicio de esta administración’.
Fuente: El Mercurio