HSBC tiene una moneda preferida en la región: el peso chileno. ‘Somos optimistas’, dice en un informe. La razón es que ve un posible catalizador en los próximos meses: la moneda ‘podría beneficiarse si, tras la elección, hay un giro hacia políticas más favorables al mercado, con una consolidación fiscal’, sostiene.
Otros también ven espacio para un avance del peso. ‘De cara a la elección del 16 de noviembre, la relación riesgo-retorno favorece las posiciones largas en pesos chilenos’, dice JPMorgan en un informe.
Esta parece ser la visión dominante entre instituciones extranjeras que siguen la moneda nacional. El promedio de las siete intermediarias foráneas que han actualizado sus proyecciones en octubre apunta a un dólar en $936 a finales de 2025, según una compilación de Bloomberg. Y las elecciones se repiten como la causa principal detrás de la apuesta.
Lo cierto es que el peso chileno parece estar castigado actualmente. El dólar cerró el jueves en $953,80 y ha estado atrapado cerca de los $960 en el último tiempo. ‘El peso está atascado en gran parte por la incertidumbre política’, dice Andrés Abadía, economista jefe para Latinoamérica de Pantheon Macroeconomics.
No es el único que lo ve así. ‘El peso chileno se ve barato y estimamos que el USD/CLP incorpora una prima de alrededor de 3%-4% en relación con el promedio de las monedas de mercados emergentes’, sostiene JPMorgan.
Este castigo se podría liberar tras las elecciones. Abadía cree que el dólar podría ir a los $920, aunque aclara que dependerá de un buen resultado de la oposición en el Congreso.
‘El peso chileno podría beneficiarse aún más tras las elecciones’, dice HSBC. ‘Podría romper por debajo del nivel de $950 y acercarse a $920 hacia fines de 2025’.
Las proyecciones de instituciones extranjeras han tendido hacia esa lectura. En la compilación de Bloomberg, ya no se ven expectativas de un dólar en $1.000. La más alta apunta a $965 y la más baja a $890.
En JPMorgan pasaron de una posición contra el CLP y a favor del dólar, a una larga sobre el peso en desmedro de la moneda estadounidense. Esto, de cara a las elecciones. Pero aclara que hay otros factores que también sostienen su apuesta. ‘Los fundamentos macroeconómicos siguen siendo firmes’, dice. Y nombra varios: primero, un déficit de cuenta corriente acotado y términos de intercambio favorables; segundo, ‘la elevada posición de inversión internacional de Chile’, sostiene.
Y HSBC destaca dos puntos más. Uno es que el Banco Central está teniendo una postura prudente, ‘lo que sugiere que es poco probable que haya volatilidad inducida por la autoridad monetaria’. Y el otro es que el Gobierno se ha comprometido con la consolidación fiscal.
Con todo, Abadía, de Pantheon, cree que, para que el peso chileno se aprecie, ‘se necesita mayor certeza política’. Y eso podría ir más allá de las elecciones. Tras los comicios, la gran duda puede ser la polarización y la gobernabilidad, ‘especialmente si el Congreso queda fragmentado bajo un eventual gobierno de José Antonio Kast’, advierte.
Fuente: El Mercurio inversiones