Cinco alertas que advierten el riesgo de quiebra

En Chile el 98,6% de las empresas del país son pequeñas y medianas, siendo el motor de la economía ya que generan el 53% de los empleos de la nación.

Según el catastro de la Superintendencia de Insolvencia y Reemprendimiento, en enero se registraron 93 liquidaciones de empresas y 183 quiebras de personas. Se trata de la menor cifra para enero desde 2017, cuando registraron 62 procedimientos concursales de liquidación de empresas deudoras. Sin embargo, para seguir reduciendo el porcentaje de quiebra y liquidación, es necesario tener en cuenta cinco alertas que van a permitir reconocerlas a tiempo.

En primer lugar, el pago a proveedores con cheques a fecha, que consiste en que una pyme necesita ganar tiempo para ser capaz de cubrir sus compromisos financieros, ya que no cuenta con dinero al momento de la compra, por lo que los expertos recomiendan tener en consideración que a largo plazo puede transformarse en un endeudamiento peligroso. En segundo lugar, el factoring es un contrato por el cual una empresa cede facturas y/o créditos que ha emitido a un tercero, el cual le anticipará el pago, pero por un monto menor al total. Recurrir al factoring es una señal de alerta porque significa que el negocio carece de liquidez. El flujo de caja no alcanza a soportar la producción y los gastos del negocio, mientras se demora el pago de una factura. Esto, si dudas tiene un costo financiero relevante.

Asimismo, el financiamiento informal: Cuando se reducen las opciones se comete el error de buscar ayuda fuera del mercado financiero. Al no tener acceso a créditos bancarios u otra fuente de financiamiento, a veces las empresas recurren al endeudamiento informal. Una alerta muy importante es cuando una Pyme declara cotizaciones previsionales, pero no las pagan: La empresa comienza a incumplir sus obligaciones con los trabajadores, por ejemplo, con el no pago de sus cotizaciones previsionales. Y por último, uno de los principales errores que se comenten al tener una empresa es no separar el capital personal y el del negocio. De esta manera, el dueño podría terminar pidiendo créditos como persona natural para cubrir los compromisos de su emprendimiento.

Fuente: La Tercera.